Si se ha de herir a un hombre, se debe ser tan severo, que no se pueda temer su venganza.
El castigo debe ser total, inmediato y sin posibilidad de respuesta.
En este mundo no basta con ganar, tienes que aplastar, tienes que enterrar tienes que arrancar de raíz la posibilidad de venganza porque un enemigo herido a medias, es una serpiente que tarde o temprano se arrastrará para morderte en la oscuridad.
Si vas a atacar no lo hagas a medias, no tengas compasión en la ejecución, no dejes espacio para la recuperación.
BRUTAL VERDAD:
Un golpe débil es una invitación a tu propia tumba. La crueldad estratégica, cuando es necesaria, debe ser absoluta, rápida, Irreversible. No se trata de ser cruel por placer, se trata de ser eficiente en el campo donde la piedad mal entendida crea traidores y la misericordia inútil alimenta a futuros verdugos.
¿Y los beneficios? ¿La ayuda? ¿La recompensa? Esos se administran a gotas para que el alma humana (malagradecida por naturaleza) los valore, los recuerde, los respete.
El dolor debe ser instantáneo, inolvidable, paralizante. El beneficio debe ser lento, progresivo y adictivo.
Así gobiernas corazones, así controlas mentes, así aseguras tu posición en un mundo donde la debilidad huele peor que la traición.
¿Quieres ser amado eternamente? Golpea sin piedad a quien quiera destruirte. Premia lentamente a quien te sea leal y nunca, nunca dejes vivo a quien pueda crecer para clavarte un puñal mañana.
En la guerra, en los negocios y en el poder, la compasión desmedida es el arma secreta de los mediocres.
Si tienes que herir, hazlo tan brutalmente que jamás puedan atreverse a volver a levantar la mirada.